REGULACIÓN EMOCIONAL
Existen
eventos en la vida que pueden provocar variaciones en nuestras emociones, un
ejemplo de ello, es la situación en la que nos encontramos actualmente, debido
al periodo de aislamiento social por el COVID 19. La cuarentena ha representado
para la mayoría de las personas una nueva forma de vida, con cambios en la
manera de comunicarnos, trabajar, estudiar y la convivencia en general.
El
equipo de “trastornos de Aprendizaje y del Comportamiento y de Capacidades y/o
Talentos Excepcionales”, de la Dirección
de Inclusión e Integración de Poblaciones (2020) considera que eventos como
estos, pueden hacer que se experimenten episodios de ansiedad, en estos casos
la ansiedad es la forma en que nuestro organismo responde a una posible amenaza
o cambio en sus rutinas.
La
regulación emocional o inteligencia emocional se refiere a la habilidad para
detectar y autorregular nuestros estados de ánimo o los de otros, es tener la
capacidad de identificar la emoción que se está experimentando, qué la motiva y
cómo regularla. Regular nuestras emociones nos permite mejorar nuestra calidad
de vida debido a que facilita la convivencia, el poder adaptarnos y evita ser
impulsivos.
Según
Mayer y Salovey (1997), la inteligencia emocional se define como “la capacidad
para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud, la capacidad para
acceder a sentimientos (o generarlos) que faciliten el pensamiento, la
capacidad para comprender las emociones y el conocimiento emocional y la
capacidad para regular las emociones promoviendo el crecimiento personal e
intelectual”
Teniendo
en cuenta la variedad de ajustes a la vida diaria que se están experimentando,
se considera necesario aprender a
regular las emociones, para ello compartimos una serie de ejercicios que podrán
realizar solos o acompañados
¿Cómo
identificar niveles de estrés o ansiedad al interior de su familia?
Es importante estar
atentos a los comportamientos propios y los de las personas con las conviven,
para identificar alarmas como:
·
Preferencias por
estar que aislados
·
No querer hablar o
por el contrario estallar de manera repentina en ira o con conductas agresivas.
·
Mostrarse
agitados-as, ritmo cardíaco acelerado.
·
Dificultad para
concentrarse en diferentes acciones.
·
Sudoración
excesiva y la respiración por lo general también se acelera.
·
Sensibilidad
excesiva.
·
Alta preocupación
por la situación actual planteando de manera constante preguntas como: ¿qué va
a pasar?, ¿cuándo voy a salir?, no puedo jugar, ¿Cuándo voy a volver al
colegio? o tengo muchas tareas. En otros casos, se evidencian mensajes de
negativismo y derrotismo.
Equipo de “trastornos de Aprendizaje y del Comportamiento y
de Capacidades y/o Talentos Excepcionales”, de la Dirección de Inclusión e Integración de
Poblaciones (2020)
Pautas para
evitar situaciones de ansiedad y /o estrés
Fuente: Guía de acompañamiento pedagógico a padres, adultos
cuidadores y estudiantes (2020) Secretaria de Educación del Distrito
El recipiente
de la calma
Te invitamos a realizar
el siguiente ejercicio que está diseñado para reducir los estados de ansiedad o
enojo, por lo que se sugiere:
- Consigue un recipiente de plástico transparente con tapa, puede ser una botella de agua.
- Añade agua y escarcha o algún elemento pequeño de colores (chaquiras, pepitas de colores).
- Agrega colorante de cocina o cualquier tipo de
pintura, vinilo, témpera, etc.
- Cierra y agitar el recipiente.
- En momentos de alteración emocional, toma el
recipiente y agítalo sin perder la vista de lo que sucede con las partículas al
interior.
- Así se liberan emociones negativas difíciles de gestionar, se liberan las tensiones emocionales acumuladas.
Las partículas
representan la carga emocional que dejan las situaciones difíciles a las que te
enfrentas, al regular tus emociones puedes ver lo que sucede con más claridad y
podrás tomar mejores decisiones.
Ninfa Carrascal- Orientadora
Ninfa Carrascal- Orientadora